Wednesday, October 17, 2007

El Corazón ( y el Hígado) Partío.

Me dejó y me fui a la cresta. Sin poesía, música de fondo y esas patrañas que te venden en las películas.
Ella me citó en el arco el viernes y me explicó que yo era un gran tipo, que me quería mucho, pero que las cosas habían cambiado y ya no podíamos seguir. Close up a mi cara, trato de responderle. Una voz en off me dice que sea digno. Como no tengo frase para el bronce, me besa en la mejilla da media vuelta y se va. Cataclismo.
Lo que viene ahora lo van a gozar todas mis amigas, las que han pasado años calificandome como machista e insensible. Caminé el resto de la tarde, pensé en como sería todo para adelante. Todo desagradable. ¿Cosas por luchar? Si tengo suerte encuentro. Todo pa’ la cagá.
Esta noche me emborracho solo. No, mejor con un amigo, para que le enrostre a ella que morí intoxicado por su culpa, si es que la muy artera se aparece en mi sepelio. Ya en el departamento, me conecto al Messenger y el fiel flaco Paredes responde. “ OK, a emborracharnos, en media hora llego”.
Destapo una chela y sigo pensando, me imagino las cosas que no fueron, las cosas que faltaron, las frases que no dije. Yo y mi maldito temor a entregarme. Cuando Paredes llega, estoy a punto de bajar la versión en mp3 de “mentira” de Buddy Richards. “ ¡Nooo, no vale la pena!”, grita, abalanzándose sobre mí. Forcejeamos. Me arrebata el mouse del computador, revisa su billetera y nos vamos. “Aguanta que ya llegamos”.
Nada de ir a lugarcitos top. Nada de bares llenos de mariconcitos con onda y con pendejas dándoselas de grandes. El break es el elegido, siempre celebraba ahí, nunca había entrado triste.
Buen amigo el Paredes. Hace cuatro horas que estamos bebiendo como cosacos y hasta me ofrece ir a agarrarla a chuchás. “Vamos”, le digo poniéndome de pié, antes de resbalar y caer sobre la mesa. Una voz en off me acota que ahora si toqué fondo. Evalúo llorar, total estoy ebrio y por último paso por metrosexual, como llaman a esos tipos capaces de demostrar sus sentimientos. Pero las lágrimas no me salen como a los mamones de los reallity shows.
Abro los ojos con una mejilla sobre la mesa y veo el celular del Paredes en primer plano. Eso, voy a llamarla. Un garzón advierte que paguemos y nos vayamos. Tomo el celular y marco, mientras Paredes calza al garzón con un puñetazo. El resto es en cámara lenta. Pa variar el weón no tenía plata. Seis garzones rodean a Paredes, sin soltar el celular me lanzo a ayudarlo. De pronto la tengo enfrente, pero no es una son miles, se multiplican. Como Neo en matrix II, juro que veo volar a varias con mis golpes.
Estoy botado en el Parque Ecuador, a varias cuadras del break. A mi lado está Paredes, con un hilo de sangre en la frente. Es de madrugada y hace frío. Entre quejidos empezamos a caminar.
“¿Cómo se llamaba la mina?”.... “Curioso el nombre de la chiquilla, ojalá haya sido rica para que tremenda pateadura valiera la pena”. Tomo aire y rebobino. “Una compañera de la carrera….Te voy a contar todo desde el principio…”
Las cosas que antes dolían ahora dan risa. Entretenida y misteriosa es esta vida...
Desde la Comarca...

Saturday, October 06, 2007

El Regreso Necesario

Siempre me llamó la atención la necesidad de algunas especies animales de viajar grandes distancias, ya sea para cumplir con su ciclo reproductivo, en busca de alimento, clima mas favorable, etc...
Si bien la ciencia nos dice que estamos sobre esas especies desde lo filogenético, a veces los humanos también debemos hacer esas travesías, tal vez no con objetivos tan fisiológicos, pero igual de importantes.
Me cuesta entender a las personas que desean olvidar, aquellas que desean apartar de ellas los recuerdos desagradables, que se quieren mantener lejos de la pena y el dolor, como si estas emociones no fueran dignas de ser sentidas. Por el contrario, creo que estas emociones nos llevan sólo al crecimiento, al desarrollo, a ser mejores, a descubrir lo verdadero, lo profundo, lo que realmente importa.
Por eso, es a veces necesario para los hombres también emprender estos recorridos, en busca de significar, de vivir, de re-elaborar lo que sentimos. Y nada mejor que hacerlo con personas que comparten ese sentir, que tienen la misma necesidad de estar ahí, y así sentir que no eres el único que tiene la necesidad de hacer estos viajes...
Siempre te estoy recordando hermano, pero fue bueno hacerlo en compañía de tus padres, de tus amigos, de los cercanos a tí. Por momentos estuviste ahí con nosotros, riendo, escuchando notables historias, compartiendo un trago de cerveza, algún diálogo de Star Wars, algún pensamiento loco, la despertada con un poco de caña, el pan con mantequilla en la mañana...
Un abrazo a los que pudimos ir a compartir estos preciosos momentos.
Desde la comarca...

Wednesday, October 03, 2007

Desnudos

Cuando volvimos del fin de semana en la playa encontramos el departamento vacío. En el primer momento, creímos que nos habíamos equivocado de departamento, pero no cabía la menor duda, era el nuestro. Lo habían desvalijado tan a conciencia que no habían dejado ni siquiera una mota de polvo. Parecía que hubieran pasado la aspiradora.
-No toquen nada, dijo el policía.
-No hay nada que tocar, porque no hay nada, le dijimos.
No quisimos irnos a un hotel, ni molestar a la familia. Decidimos quedarnos allí, sentados en el suelo. Como no había televisor, ni cuadros, ni floreros, ni lámparas, ni alfombras, ni nada, tuvimos que mirarnos a la cara por primera vez.
-Nunca me había fijado que tienes las orejas tan bonitas, me dijo.
Yo le miraba las manos. Siempre me han gustado las manos de las mujeres. Me parecían de otra persona. Creo que nunca se las había mirado.
Nos tendimos sobre el parquet y nos desnudamos. Como nos habían robado también las ampolletas, con una linterna de llavero, nos fuimos mirando el cuerpo desnudo, centímetro a centímetro. Nada nos distraía, ni el cubrecama de raso bordado ni los frascos de pastillas sobre los veladores. Y nos hicimos el amor, como si nunca nos hubieramos visto antes.
-¿Cómo te llamas?, le dije.
-También me robaron el nombre, me dijo.
Desde entonces, vivimos en el departamento desvalijado, vacío, sin nombres, descubriéndonos cada día.