Migas de Pan
Una pareja estaba desayunando, el día de sus bodas de oro.
La mujer le pasaba la mantequilla por la corteza del pan, y se la daba a su marido, quedándose él con las migas.
Ella pensaba: -Siempre quise comer la mejor parte del pan, pero amo mucho, muchísimo a mi marido y, durante 50 años, siempre le di las migas.
Hoy no, hoy quiero satisfacer mis deseos.
Para su inmediata sorpresa, el rostro del marido se abrió con una sonrisa sin fin y le dijo:
-Muchas gracias por este regalo mi amor.
Durante 50 años, siempre quise comer la cáscara del pan, pero como a tí siempre te gustaba tanto, ¡Yo jamás me animé a pedírtelo!
Así es la vida..Muchas veces nuestro juicio sobre la felicidad ajena puede ser responsable de nuestra infelicidad...
Diálogo, franqueza, con delicadeza siempre, son el mejor remedio.
Desde la Comarca,
Alvaro J.