Monday, January 05, 2009

Dedicatoria


Te entregué esa pequeña parte de mi tesoro sintiendo que realmente nunca fue mío. Deseaba que me lo devolvieras con algo más, tal vez con las esperanza de atesorar un poco más de tí.
Dejé que la paciencia (una palabra bonita para llamar a la pereza), dejara pasar el tiempo, sin extrañar realmente aquello que ahora te pertenece.
Sin embargo, la tendencia a completarlo todo que me rige, me llevó a recorrer un largo camino hasta tu antigua morada. La esperanza era recuperar lo mío (tuyo), que comenzaba a extrañar.
Llegar fue una sorpresa. Sólo encontré ruinas, ecos del pasado. El piso bajo mis pies, los muros, eran los tuyos, pero no eran los mismos. Una frialdad inundaba la calidez del pasado.
Empezé a experimentar que la sensación de no pertenencia se hacía mas fuerte. Que lo mío (tuyo), ya no volvería. Que en vez de tener más, ahora tendría menos. Que las palabras, aquellas palabras que esperé por años nunca llegarían, porque simplemente nunca existieron. Que la certidumbre tenía que ponerla yo.
Tomé asiento, tomé un trago y continué mi viaje. Volver donde estaba no vale la pena.
Desde la comarca....
P.D.: éste si está dedicado.