Y el maestro dijo:
¿Sabes lo que hizo Kyo-o cuando le ofrecieron un fuego como regalo de adiós? Abrió una manga de su kimono diciendo:"por favor, póngalo aquí".
A veces dar es saber recibir. A veces ofrecer no es dar. Y ¿quien te puede dar aquello que ya tienes? ¿acaso la iluminación es una moneda que va de mano en mano? ¿Cómo se puede ofrecer un fuego sin el leño que lo produce?
La vida es el aceite que impregna la tea y esa tea eres tú, tú eres el que está ardiendo. Cuando te consumas, ya ni madera ni llamas, volverás a ser cenizas, polvo que esparcirá el viento. y esas cenizas serán iguales a las mías o las de Kyo-o o las del buda...Con toda tu energía has buscado poseer algo. ¿Lo has aceptado alguna vez?
-En verdad mi cabeza está llena y mi corazón vacío. He perdido la capacidad de recibir sin trabas, privándome de ese fuego que la palabra "iluminación" ha pervertido. Deseo cambiar, pero no me pregunto por qué quiero cambiar ni en qué aspiro a convertirme. Trato de eliminar los síntomas, no la causa del sufrimiento. Entre la gama de dolores, elijo la menor. No imagino sentirme bien, sólo aspiro a no estar mal...y la alegría de vivr, ¿que? ¿Llegará alguna vez a ser cada nuevo día una fiesta? ¿Resolveré el koan principal, aceptar morir? ¿Podré decir, como el viejo mendigo "Soy mucho más que dios, porque no soy nada? Sinceramente no lo creo.
Pero la busqueda tiene que seguir.
desde la comarca....