Saturday, March 31, 2007

¿Quién se Hace Cargo de Mí?

Desde que nací, he recibido todo tipo de atenciones y cuidados hacia mi organismo y hacia mi persona. Muchos de ellos han sido indispensables para mi supervivencia, otros me han hecho muy feliz o me han dado placer y otros han resultado ineficaces o no han llegado de la manera en que los necesitaba; entonces sufrí y me quejé lo más que pude.
Fui aprendiendo a pedir, exigir y a lamentarme cuando no recibía lo que yo quería. Desarrollé mi capacidad de manipulación y conseguí que el mundo me brindara lo necesario y que muchas veces me salvara de tener que procurármelo por mis propios medios. Acumulé frases: ”lo que merezco…” “debes darme…” “Que injusta es la vida…” y muchas más. Me acostumbré a recibir ayuda de los demás y a frustrarme cuando esto no ocurría.
De a poco me fui dando cuenta de que el mundo me daba cada vez menos y me frustraba más. Algunas personas se ocupaban de ellas mismas –las egoístas- y se despreocupaban de mí. En más de una oportunidad me fui quedando solo, sin que nadie me hiciera las cosas y no me quedaba otra que hacerlas yo. El mundo ya no estaba pendiente de mí. Mis amigos jugaban aunque yo faltara, y no me invitaban a jugar si yo no iba a la hora y lugar adecuado.
Tuve que ocuparme de las cosas más básicas: lavarme los dientes, forrarme los cuadernos, y mover mi cuerpo para conseguir ciertas metas. Entre lamentos y protestas, empecé a tomar contacto con mi potencia: algunas cosas las podía hacer y otras no.
Muchos años han pasado desde entonces, y me doy cuenta que puedo encontrar respuestas a las situaciones que me plantea la vida. Algunas de mis respuestas son muy efectivas y producen beneficios y satisfacciones. Otras, a veces, son equivocadas y produzco resultados nefastos o improductivos. Suele ocurrir también que me demoro cuando no sé como actuar y busco distintas alternativas. En todos los casos aprendo algo, corrijo anteriores conclusiones o descubro mis limitaciones.
Frente a cada situación que me toca vivir, trato de darme cuenta de las reacciones que se generan en mi interior, mis deseos y mis intereses, interactuando con mis posibilidades y el mundo que me rodea. De todas estas variables se produce una síntesis y me arriesgo a una respuesta: “Esto es lo que quiero hacer”, “me quedo a luchar”, “me voy de aquí”, etc.
Esta es nuestra responsabilidad: la de protagonizar nuestra propia vida, ya sea para sufrir o para disfrutar. Sin excusas ni proyecciones: reconociendo lo que queremos y yendo hacia ello. Hacia la compasión, hacia el sexo, hacia la violencia. Descubriendo los propios límites. Nuestro poder radica en la capacidad de autoexpresión y autotransformación.
Uno mismo es el problema a resolver. Nuestra vida es una serie de excusas para desentrañar lo que somos, y lo que no aprendemos en una circunstancia se nos presenta hasta que descubrimos lo que necesitamos y lo incorporamos.
La continua relación entre los hechos de la vida y lo que pasa dentro de mí, me permite el despliegue de lo que soy y de lo que no soy. Así voy reconociendo las energías universales que se manifiestan a través mío y me adecuo psicológicamente a mi particular configuración. Es decir, me conozco y me acepto, en las tendencias que tengo, en mis límites y en mis posibilidades. Cuando observo el proceso que se está dando en mí, lo menos que puedo hacer es aceptarlo, reconocerlo como propio y hacerme cargo de él. Por lo tanto: mi responsabilidad no es una exigencia a cumplir sino un acto de aceptación.
Cada vez que contemplo la polaridad Yo-Mundo o Libre Albedrío-Destino, recuerdo la frase Ignaciana: “Vive tu vida como si todo dependiera de ti, sabiendo que todo depende de Dios”
Desde la Comarca,
Alvaro J.

4 Comments:

Blogger neuma said...

Ufff!!
no dejas de sorprenderme.
Esto es como "el manifiesto". Bueno, desde afuera esas palabras te desciben muy bien, asi que bien por eso.


e gusta como construyes el relato, es legitimo, partes con el dolor y las carencias y afirmas tu vision desde lo que has logrado reconfigurar, sin tanta patraña filosofica (aunque los enfoques organismicos los expele tu relato)

Un abrazo y espero nos veamos pronto.

10:49 AM  
Blogger Claudio_Pardo said...

Tal como dice mi amigo walter, a mi también me llama poderosamente la atención la capacidad que tienes de reconfigurar a través del dolor.. y lo digo principalmente porque es una característica que he ido aprendiendo con el tiempo.
Lo importante querido amigo, es dejar de esperar que los otros reconfiguren por ti, porque no estoy seguro de si el mundo querra eso siempre... Es parte de la inseguridad buscar la aceptación a través de los ojos del otro. Es adecuado hacer insight de aquello, pero creeme que lo más interesante de todo este proceso es el epílogo, es decir cuando el poeta VIVE lo que escribe....

Desde el otro lado del muro....

3:55 PM  
Anonymous Anonymous said...

Si, me pasa un poco eso que dice claudio respecto a "vivir lo que se escribe"; siento que las palabras taxativas respecto a uno mismo terminan por construir ideales, autoexigencias o autoafirmaciones respecto a como se debe ser... a menudo me leo y reconosco un Walter viejo, del pasado... a ratos se puede convertir en una mochila...
no se si realmente pueda ser asi siempre, pero me parece necesario el alcance para evitar los imperativos...

8:53 PM  
Blogger Andrés Cea said...

A mi me pasó algo raro con tu escrito... no, no te preocupes, no me enamoré de ti... pero me pasó que te reconocí en los primeros párrafos. Una gran descripción de ti y tu infancia (lo que se puede deducir porque mucho no conozco) y tus quejas que hasta hoy se hacen oir. Pero cuando pasas a la parte de cómo resolver esto... no te creo. No sé por qué, pero creo que sigues considerando que es egoista el que piensa más en él mismo que en ti. Y esa actitud la encuentro re honesta y no sé por qué maquillarla con filosofía oriental. PICO CON LA AUTOACEPTACIÓN!! Que me acepte el resto, que mi mamá acepte mi guata, que mi papá acepte mi carrera, que mi hermana acepte mi opinion sobre lo que esta pasando en mi familia, que ella me acepte tal y como soy... sobre todo eso último. Chao con la autoaceptación.
eso.
y gracias por conectarme con esas quejas... me carga autoengañarme :)
buen escrito amigo.
Desde Consedción
CHAU

12:44 PM  

Post a Comment

<< Home