Ponerse en el Lugar del Otro

"....No se que te pasa...pero tienes una cara como de...alguien que se quedó pegado con algo...como que en un minuto tu agarraste esa expresión y de ahi que no se te quitó...no se que te paso, pero me da esa impresión..."

Estas fueron las casi lapidarias palabras de una amiga en un carrete el fin de semana pasado.

Desde las corrientes humanistas se le pone mucho énfasis a la empatía, como uno de los medios más eficaces para contacatrse con el "cliente" y avanzar en la terapia. Es por esto que se les recomienda a los terapeutas estar abiertos a todo tipo de experiencias, para aumentar su conocimiento experiencial y así poder contactarse mejor con las emociones de sus pacientes.

Creo que mucho de mi dolor se perpetuó por carecer de esta capacidad. Me concentré demasiado en mi pena, en mi sufrimiento, considerándome el único sufriente de toda la situación. Jamás me detuve a pensar en lo que estaban sintiendo y pensando por el otro lado, y eso me llevó a actuar de maneras muy hirientes.

Sólo bastó ser yo el que estaba del otro lado para comprenderlo todo. Es difícil y muy molesto ser apreciado por alguien que no genera los mismos sentimientos en tí. Es difícil safarze, tratar de llegar a algo sin herir, sin dejar de lado tus sentimientos y los de la otra persona, y sobre todo sortear mi tendencia a no quedar mal.

Nunca supe que hacer, salvo escaparme y hacer caso omiso a las señales, no tomar en cuenta, continuar con lo mío y dejar hacer lo suyo a la otra parte.

Sólo quiero decir que ahora comprendo muchas cosas, muchas emociones que no sentí y no viví, y eso está ayudando a curar viejas heridas.

Espero a llegar al día en que pueda mirarte a lo ojos y saludarte, ya no buscando nada, sino sólo estando ahí viviendo y dejando fluir la experiencia.

Desde la nostalgia y la esperanza,

Alvaro.