Memoria de un 10 de Abril

Ya terminado el horario de práctica, me puse los fonos y caminé a tomar micro. hace mas de cuatro meses que bajé la discografía de Queen, pero por cosas de ganas no me habia dado el tiempo de escuchar. En la mañana mientras me venía, disfruté de algunos álbumes que alguna vez tuve en aquellos nobles cassettes, que ya ni se usan. Avanzando en los traks llegué a un compilatorio llamado "Queen Ballads", seguramente es de esos que sacaron luego de la muerte de Freddie Mercury. Digamos que la cosa parte con "Somebody to love", una cancion de las buenas y de las caracterìsticas de Queen por sus coros. Pasamos a "love of my life", "These are the days of our lifes", "save me", etc...cuando caigo en cuenta en el día en que estamos. Pese al insipiente dolor de cabeza que aparecía en mí luego de las horas de trabajo, decidí hacer una parada en la U. Sólo a caminar, sin mas intención que caminar y contactarme con todo aquello que no entendía, mas bien, que no quería entender. La caminata no fue tan larga debido a la hora, pero rindió sus frutos.

Verguenza. Es lo que más siento. Mezclado con rabia, y por supuesto, resabios de pena, pero verguenza de mi mismo es lo que mas siento. Cómo pude ser y hacer tantas cosas que ahora veo como neuróticas e infantiles. Cómo pude hacer (intencionada y no intencionadamente, no siempre fué mi voluntad conciente), tanto daño a alguien a quien llegué a querer tan profundamente. Cómo pude ser tan egoísta, centrarme sólo en mí, sin salir a mirar el sol que seguía brillando. ¿Qué hacer? ¿volver al pasado? No. Ojalá pudiéramos tomar una máquima del tiempo y volver para decirnos "¡No seas un idiota!", pero no se puede. ¿Volver a conversar las cosas? Tampoco. No sirve, y menos cuando ya ha pasado tanto tiempo y te ha tocado jugar distintos papeles, cuando ya entendiste lo que el otro sintió mientras tú sólo te centrabas en tí. No vale la pena. Seguir caminando, abierto al mundo, a la vida, a la experiencia, es lo que nos queda. Ser concientes de lo que hacemos sentir a los demás y ser responsables de lo que sentimos nosotros mismos, ése es el desafío que nos queda, porque como decía la última de aquel disco "The show most go on".

desde Dagobah (el planeta del darse cuenta),

Alvaro J.